El pasado 6 de noviembre fueron asesinadas Adriana y Virginia Ortiz García, de la organización MULT, al llegar a su domicilio en el centro dela ciudad de Oaxaca, luego de terminar su jornada vendiendo artesanías. Adriana era una activista por la presentación con vida de sus primas Virginia y Daniela Ortiz Ramírez, quienes fueron desaparecidas en julio del 2007.
Ante este nuevo y artero crimen, señalamos la indiferencia y complicidad, por acción u omisión, de las autoridades del estado de Oaxaca. Los constantes llamamientos al diálogo sincero y a la intervención de las autoridades para pacificar la región Triqui son constantemente ignoradas por las autoridades estatales y federales, quienes se limitan a expresar siempre una fingida preocupación y prometer vacuamente que no habrá impunidad, solo para permanecer en la inacción, o nombrar funcionarios sin voluntad real, ni capacidad.
A nosotros, militantes en Mexicanos unidos, nos preocupa que tal accionar de las autoridades pudiera no ser simple incapacidad, sino una decisión consciente que busca aumentar las divisiones internas de los pueblos, en este caso la Nación Triqui. ¿A quién beneficia y a quién perjudica la omisión del gobierno? Es claro que los perjuicios son para los pueblos y los beneficios para la clase oligárquica que siempre busca oportunidades para sacar provecho de los conflictos comunitarios.
Es lamentable observar cómo pasan los años y hoy rige en Oaxaca la llamada cuarta transformación, pero la realidad para las comunidades Triquis sigue siendo la misma, como si el PRI se mantuviera en el poder.
Ante esta situación señalamos la responsabilidad de los gobiernos estatal y federal en la conflictividad que se vive en la región Triqui.
Exigimos que paren la simulación y actúen de inmediato para alcanzar condiciones de paz justa y duradera en esos territorios, estableciendo los mecanismos de diálogo que permitan construir una solución que conforme a todos los habitantes de esa digna Nación originaria.
El nuevo gobierno se jacta de que es el tiempo de las mujeres, pero esto no ha sido así para las mujeres indígenas. A este doble feminicidio se suma la desaparición de Sandra Domínguez, en el cual las autoridades han demostrado pleno desprecio y hasta hay sospechas de complicidad directa por lo incómodo que resultaba para los políticos locales el activismo de Sandra.
¡Presentación con vida de Sandra Domínguez!
¡Justicia para Adriana y Virginia!
¡Alto ya a la violencia en la región Triqui!
Asociación cívica Mexicanos Unidos.