SI EL GOBIERNO DESACATA LA CONSTITUCIÓN, NOSOTROS DESCONOCEMOS AL GOBIERNO.
Los mexicanos provenimos de una de las seis civilizaciones originarias del mundo. Nuestra historia comenzó hace más de once mil años. Su amplio conocimiento científico; así como su cosmogonía, basada en el amor y respeto a la madre tierra, en la armonía con la naturaleza y su vida social fundada en la ética y la supremacía del interés colectivo sobre el individual, logró que esta civilización no haya contaminado el agua, la tierra, ni el aire.
En los últimos quinientos años, nuestro pueblo se ha defendido de los imperios español, francés y estadounidense. En las luchas por la Independencia, la Reforma y la Revolución, se gestaron los principios plasmados en nuestro actual Pacto Social, aprobado por el Constituyente de 1917, pero dictado por más de un millón y medio de mujeres y hombres que ofrendaron su vida para acabar con la dictadura que había entregado las tierras, las minas, los bancos, el petróleo, la electricidad, los ferrocarriles y la producción de alimentos a los grandes capitalistas, principalmente extranjeros.
En la Constitución quedaron establecidos estos principios esenciales:
La democracia: “… como un sistema de vida fundado en el constante mejoramiento económico, social y cultural del pueblo”. Artículo 3o, fracción II inciso a).
La rectoría del Estado: “Corresponde al Estado la rectoría del desarrollo nacional…
El sector público tendrá a su cargo, de manera exclusiva, las áreas estratégicas…-
La ley establecerá los mecanismos que faciliten la organización y la expansión de la actividad económica del sector social: de los ejidos, organizaciones de los trabajadores, cooperativas, comunidades, empresas que pertenezcan exclusiva o mayoritariamente a los trabajadores,…”. Artículo 25.
La propiedad originaria de la riqueza natural: “La propiedad de las tierras y aguas comprendidas dentro de los límites del territorio nacional, corresponde originariamente a la Nación.-
La nación tendrá en todo tiempo el derecho de imponer a la propiedad privada las modalidades que dicte el interés público…, con objeto de hacer una distribución equitativa de la riqueza pública, cuidar de su conservación, lograr el desarrollo equilibrado del país y el mejoramiento de las condiciones de vida de la población rural y urbana…- Corresponde a la Nación el dominio directo de todos los recursos naturales;…de todos los minerales…; los combustibles minerales sólidos; el petróleo y todos los carburos de hidrógeno sólidos, líquidos o gaseosos; y el espacio situado sobre el territorio nacional,…-…el dominio de la Nación es inalienable e imprescriptible…-Tratándose del petróleo y de los carburos de hidrógeno…o de minerales radioactivos, no se otorgarán concesiones ni contratos,…y la Nación llevará a cabo la explotación de esos productos,…”. Artículo 27.
Las áreas estratégicas: “No constituirán monopolios las funciones que el Estado ejerza de manera exclusiva en las siguientes áreas estratégicas: correos, telégrafos y radiotelegrafía; petróleo y los demás hidrocarburos; petroquímica básica; minerales radioactivos y generación de energía nuclear; electricidad y las actividades que
expresamente señalen las leyes que expida el Congreso de la Unión.” Artículo 28.
La soberanía nacional:“…reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para el beneficio de éste. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno.” Artículo 39.
Inmutabilidad de los principios Constitucionales: “La presente constitución puede ser adicionada o reformada…”. Artículo 135.
Inviolabilidad de la Constitución: “Esta Constitución no perderá su fuerza y vigor; aun cuando por alguna rebelión se interrumpa su observancia. En caso de que por cualquier trastorno público, se establezca un gobierno contrario a los principios que ella sanciona, tan luego como el pueblo recobre su libertad, se restablecerá su observancia, y con arreglo a ella y a las leyes que en su virtud se hubieren expedido, serán juzgados, así los que hubieren figurado en el gobierno emanado de la rebelión, como los que hubieren cooperado con ésta.” Artículo 136.
Estos principios son inmutables e inviolables, aunque los contravengan o los pretendan cambiar el ejecutivo federal, la totalidad de los legisladores federales y locales y lo permitan todos los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
El actual estado de descomposición social que sufre nuestro país no lo ha causado la Constitución; sino los gobernantes corruptos y autoritarios que hemos padecido desde 1982, mismos que se pusieron al servicio de los intereses de los grandes capitalistas, principalmente extranjeros.
Ellos privatizaron más de mil empresas de propiedad pública, los ejidos y la seguridad social; pusieron los ahorros de los trabajadores en manos de los banqueros, la mayoría extranjeros que hoy concentran más del 90 % del capital financiero del país; desmantelaron el sistema cooperativista y disminuyeron en un 85 % los salarios reales de los trabajadores. Dejaron el campo en manos del capital financiero, para que hoy importemos el 60% de los alimentos que consumimos.
Dejaron a más de 8 millones de jóvenes sin trabajo y sin escuela; a cientos de miles de niños estudiando en escuelas sin paredes, techo, agua, electricidad ni baños.
Son causantes de que la niñez mexicana sea víctima del acoso, la violencia y de los traficantes de personas y órganos, como lo ha reconocido la Unicef. Además, de que 154 mil niños menores de 6 años mueran al año por causas derivadas de la pobreza extrema.
Mediante el empobrecimiento extremo, expulsaron a más de 12 millones de mexicanos, colocándonos en el primer lugar mundial en expulsión de nacionales, por encima de países en guerra como Irak y Siria. Pero nos han colocado en los últimos lugares en educación y en el nivel de desarrollo y calidad de vida; con el 84.4% de la población en condiciones de pobreza, como lo reconoce el Banco Mundial.
Estos gobernantes han endeudado al país a favor de los bancos extranjeros. A partir de 1982 han contratado empréstitos por más de 500 mil millones de dólares y, sólo por concepto de intereses y servicio se han pagado alrededor de 600 mil millones de dólares. No obstante, hoy la deuda nacional asciende a 600 mil millones de dólares, más de 8 millones de millones de pesos. Entre 2013 y 2014 la han incrementado en un 33%, imponiendo a cada mexicano una deuda de más de 66 mil 666 pesos.
Al crimen industrial de Pasta de Conchos y el infanticidio de la Guardería ABC, han sumado la masacre de Tlatlaya; el asesinato de seis personas, la desaparición forzada de 43 normalistas de Ayotzinapa y la masacre de Apatzingán.
impedir que los ciudadanos, principalmente los jóvenes, protesten contra la entrega de nuestros recursos naturales.
Han contravenido la Constitución mediante la simulación, la corrupción y la impunidad.
Con la proliferación del crimen organizado, que recibe armas y dinero de los centros económicos de los Estados Unidos, cuyo gobierno aprovecha para aumentar su intromisión en nuestro país; generando el clima de zozobra y caos social propicio para apoderarse de nuestros recursos naturales.
Para favorecer a los monopolios extranjeros, recientemente mutilaron, no reformaron, los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución. Hoy pretenden entregar nuestros recursos energéticos, el agua y la soberanía, dejando que los agentes extranjeros actúen armados en nuestro territorio.
Las instituciones que edificaron nuestros padres han sido secuestradas y ocupadas por gobernantes que violan las garantías y los derechos fundamentales de todos, trafican con el dolor del pueblo y le roban la esperanza y el futuro a los niños y a los jóvenes. Los gobernantes y los criminales que matan, secuestran y desaparecen son mitades de un mismo entero. Los poderes fácticos quieren que los mexicanos nos acostumbremos a vivir entre cadáveres y huérfanos; que nos resignemos a ser despojados de nuestros recursos naturales y que sólo agachemos la cabeza.
Tenemos un vasto y rico territorio; el talento y la capacidad creativa de mujeres y hombres en el campo y la ciudad; en la ciencia, el arte, la cultura, la industria, el deporte y muchas actividades lícitas más.
Ha llegado la hora de unirnos y organizarnos en defensa de la vida y la libertad de nuestro pueblo, con base en la ley suprema que nos heredaron nuestros antepasados, quienes lucharon junto con Cuauhtémoc y Cuitláhuac; Hidalgo, Morelos y Josefa Ortiz de Domínguez; Juárez, Prieto, Ramírez y Zaragoza; Carmen Serdán, los Flores Magón, Villa, Zapata, Rafael Buelna y Lázaro Cárdenas.
Con este indeclinable propósito,
PROCLAMAMOS:
1o. Con base en los artículos 39 y 136 de nuestra Constitución, llamamos al pueblo mexicano a liberarse de la opresión a que lo han sometido los económicamente poderosos, nacionales y extranjeros, por medio de los gobernantes que se pusieron a su servicio.
2o. Desconocemos al C. Enrique Peña Nieto como Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, a los Secretarios de Estado de su gabinete y al Procurador General de la República.
3o. Declaramos nulas de pleno derecho las modificaciones y mutilaciones hechas a los artículos 3o, 25, 27, 28 y otros de la Constitución, relativos a las materias laboral, energética, hacendaria, penal, electoral y de telecomunicaciones.
4o. Desconocemos a todos los legisladores, federales y locales, que aprobaron las mutilaciones a la Constitución de la República.
5o. Desconocemos a los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por haberlas convalidado.
6o. Con base en el artículo 39 Constitucional, llamamos a organizarnos, formando comités comunitarios en cada caserío, poblado, barrio, colonia, centro de trabajo o de estudios, organización social, gremial o profesional y en cualquier lugar donde haya mexicanos patriotas, para analizar la situación nacional y acordar las acciones legales para recuperar el gobierno y resolver los graves problemas que aquejan al pueblo.
7o. Los comités comunitarios se coordinarán de manera horizontal, sin supeditaciones ni jerarquías de mando, cuya organización tenderá a ser eficaz; ninguno de sus miembros obtendrá pago alguno por su servicio a la comunidad, pero ésta les proveerá de los medios necesarios para que cumplan con el compromiso de servir al pueblo.
8o. Constituídos los comités comunitarios en la mayoría de los centros de población y de trabajo o estudio, la coordinación de éstos convocará a un Congreso Nacional que, con apego a la Constitución, acordará la forma y los plazos adecuados para llevar a cabo en toda la República, la elección de las personas capaces y honradas que deban asumir los cargos en todas las instituciones públicas, para que éstas sirvan realmente al pueblo y no a los intereses de los poderosos de dentro y fuera del país.
9o. Los militares patriotas en activo y retirados, deberán cumplir su juramento de cumplir y hacer cumplir la Constitución y defender la bandera, emblema de nuestra patria, hasta alcanzar la victoria o perder la vida.
10o. Una vez renovados los Poderes de la Unión, y restablecida la observancia de la Constitución; quienes hayan colaborado con el gobierno que contravino los principios de la Carta Magna y aquellos que hayan participado de la corrupción y en los crímenes de Estado, serán juzgados conforme al artículo 136 de la propia ley suprema.
11o. Todas las personas que, en el desempeño de un cargo público o comisión, hayan acumulado bienes materiales o en numerario que ostensiblemente excedan de las percepciones oficialmente recibidas, serán sometidos a juicio y, en su caso, se les impondrán las penas establecidas en la ley y sus bienes serán reintegrados a la hacienda pública. En caso de que los bienes mencionados hayan sido trasladados o heredados a otras personas, aunque se encuentren en el extranjero, igualmente serán reintegrados al patrimonio del pueblo.
12o. Serán liberados todos los presos políticos y aquellos que hayan delinquido debido a su extremo estado de necesidad.
13o. La Nación Mexicana, que jamás ha agredido ni agredirá a pueblo alguno, se mantendrá neutral ante cualquier guerra o conflicto armado internacional.
Siempre enarbolaremos los principios de la convivencia universal, la autodeterminación de los pueblos, el respeto al derecho ajeno y la fraternidad entre los seres humanos.
México, D. F, a 3 de junio de 2015.
Lic. Gracia Moheno Verduzco, Rosa Martha Zárate Macías, Mtra. Andrea Fernández Ortega, Paloma Saiz Tejero, Marina Taibo Saiz, Lic. Mónica Sánchez Camuñas, Dra. Patricia Mancera Robles, Yolanda I. García Juárez, Profa. Diana L. López Díaz, Patricia Becerril Romero , Grecia D. Beltrán Muñoz, General Francisco Gallardo, General Samuel Lara Villa, Rogelio Naranjo, Paco Ignacio Taibo II, Lic. Jesús González Schmal, Prof. Rafael Alfaro Velasco, Prof. Fermín Domínguez López, Rigoberto Vargas Espinoza, Justino Tavares B., Dr. Jorge A. Montemayor Aldrete, MC. Pablo Ugalde, Gustavo Martínez Ordoñez, Dr. Fidel Cruz Peregrino, Lic. Lauro Jonathan Sol Orea, Arq. Sergio López Machado, Biol. Fernando Enciso Saracho, Biol. Arcadio Madera Sarmiento, Francisco Pérez Rangel, Julio César Palafox, Carlos Martínez Ayala, Antonio Ortiz Issac, Daniel A. Garibay Mar, Ernesto Cervantes Briseño, Ing. Francisco Villa Pérez, Gonzalo Aguilera Ortiz, José de Jesús Gómez Dávalos, Raúl Torres Herrera, Roberto Enriquez Rodríguez, Arq. Silverio Quintero Gutiérrez, Ignacio Ocaña Guzmán, Ing. Salvador Ruiz Villegas, Jesús A. Prado Mora, Ing. Luis G. López Díaz, Martín A. Guerrero Ibarra, Dr. Luis M. Nuñez García F, Armando Soto Baeza, Bernardo Pérez Balderas, Lic. Lamberto González Ruiz, Estelí García Fernández, Lic. Enrique González Ruiz, Lic. José Lavanderos y Lic. Felipe Edgardo Canseco Ruiz.
Responsable de la publicación: Lic. Porfirio Martínez González