Mexicanos Unidos
Es una asociación cívica al servicio de la Patria, que invita a las mujeres y los hombres, jóvenes y mayores a construir comunidades de la soberanía nacional en cada poblado, barrio, colonia y ciudad de nuestro territorio nacional; sin jerarquías de puestos o cargos, coordinados democráticamente para informar, concientizar, orientar y actuar junto a nuestro pueblo. Con solo esta acción, estaremos sumándonos a la lucha de todos los demás pueblos del mundo por sobrevivir como especie humana; para alcanzar una nueva Civilización basada en la satisfacción de las necesidades de la colectividad, la vida en armonía con la naturaleza y el reconocimiento a quienes aporten más a la sociedad y no a quienes la despojan de la riqueza natural y la socialmente producida, que nos pertenece a todos.
El momento actual exige un análisis de los problemas sociales, políticos y económicos con una visión mundial y considerando el agotamiento de las fuentes energéticas sobre las cuales se basa el modelo de vida vigente. Con este alcance de miras, entenderemos que no estamos aislados y que la situación de descomposición social, de despojo, de exterminio, obedece a los intereses de las clases dominantes que, siendo una minoría ínfima, poseen la mayor parte de la riqueza del mundo.
De seguir el mismo patrón de comportamiento, la vida misma sobre el planeta enfrenta una severa amenaza. Apenas estamos a tiempo de prevenir la extinción en masa, pero para ello es necesario hacer un corte de tajo y cambiar al sistema, pues no es posible dentro de los límites que él impone, construir un camino sustentable ni tampoco alcanzar un mínimo de equidad y justicia.
En el caso de nuestra Patria, atestiguamos la entrega grosera de nuestra soberanía en favor de las empresas que sostienen al moribundo imperio yanqui. Estas empresas se hallan en una desenfrenada carrera por acaparar los pocos recursos que aún quedan y que debieran mantenerse a disposición de las generaciones futuras para permitir su desarrollo. Por si fuera poco, en esa carrera a ciegas, imponen gobiernos a modo que entregan, como es nuestro caso, los recursos de los pueblos a dichas empresas, en tanto que promueven la quiebra de toda empresa que pudiera representarles una competencia, por pequeña que sea. Con esto generan las condiciones que justifican, de manera forzada y perversa, la entrada de sus capitales a las naciones que se someten a sus designios. Hoy tenemos, por fortuna para nosotros, muchos ejemplos de esto: Alemania Oriental, Grecia, España, Portugal, Italia, naciones que han pasado a un estado de desarrollo mucho menor al que tenían hace pocos años, en virtud de la estrategia impuesta por la ideología neoliberal. Esto ha arrastrado a millones de seres humanos a condiciones de pobreza extrema, dándose algunos de los casos más dramáticos en Grecia y España. Por si fuera poco, la regiones que poseen los recursos que apuntan a dar un respiro al modelo consumista, mismas que se encuentran mayormente en la región del Levante asiático, y Asia central, están siendo invadidas con la más variada serie de pretextos absurdos, llevando a sus sociedades a condiciones similares a las de la Edad Media. Es el caso de Afganistán, Irak, Libia y actualmente lo están haciendo con Siria. Pero sus objetivos van más allá y apuntan a la gran nación Persa, a China y a Rusia. Entre tanto, están aniquilando a la población africana para robar sus recursos minerales, sin ningún tipo de consideración humanitaria y para colmo, impiden a esas poblaciones su migración a las llamadas naciones desarrolladas, condenándolas a ser masacradas en sus tierras o morir en el intento de encontrar un futuro para sus hijos.
Estos problemas que quizá nos parecieran ajenos hasta hace pocos años, hoy son parte de nuestra realidad cotidiana. Del mismo modo en que despojan a los africanos de sus territorios y los orillan a la migración forzada con todo tipo de desventajas, los pobladores de entidades como Tamaulipas, Chihuahua, Guerrero o Michoacán son desplazados por la violencia inyectada por el Estado al servicio de los intereses extranjeros. Para ello usa bandas criminales y refuerza la estrategia con las fuerzas de seguridad que debieran estar para proteger los intereses de la Nación, pero que lejos de ello, redondean las campañas de exterminio, despojo y desplazamiento forzado, criminalizando a las víctimas para justificar su ilegal actuación. Tal como la industria de la antigua Alemania Democrática fue desaparecida y sus activos rematados a precios ridículos, la partidocracia mexicana ha quebrado a las últimas empresas estatales (PEMEX y CFE) y ha abierto la participación a particulares y extranjeros para el aprovechamiento de las correspondientes industrias petrolera y eléctrica.
Podríamos ahondar en estos y otros temas, pero basten estos ejemplos para dejar claro que no somos ajenos al plan de dominación mundial, lo que hace que debamos preparar la defensa de nuestra Patria en ese contexto. Por eso es insuficiente la contienda electoral, que, por lo demás, está diseñada para que nada cambie en lo esencial, salvo algunas cosas que no afecten el fondo del modelo. Como herederos de las grandes naciones mesoamericanas, contamos con una gran sabiduría ancestral, una cosmogonía que hoy es la única capaz de plantearnos una alternativa viable al modelo depredador impuesto por las instituciones financieras, verdaderas autoridades en el mundo actual. En el mundo entero, son los pueblos indígenas los que están dando la cara a la aniquilación y mostrando otras formas de vida, las únicas posibles, en armónica convivencia entre los pueblos y con la naturaleza. Nuestra América es rica en naciones indígenas y, dentro de ella, México se destaca por su variedad étnica, lo que nos dota de una gran riqueza cultural. Juntos, indígenas y mestizos, liberados de la perversa influencia de los partidos, acudiendo a una verdadera organización social de manera horizontal, sin liderazgos mesiánicos, respetando las diferencias y enriqueciéndose con ellas, tomando como propias cada una de las muchas luchas que enfrentamos, hemos de salir avantes en esta gesta. Debe ser así, pues de lo contrario, ya no se avisora un futuro para nuestros hijos. Para rescatar a México, actuemos Mexicanos Unidos.