Con gran incredulidad inicial recibimos la noticia de que el Premio Nobel de la Paz le fue otorgado a María Corina Machado, la opositora venezolana que ha llamado a invadir militarmente su país por parte de Estados Unidos e Israel.

De la incredulidad, pasamos a la náusea al corroborar la información y constatar que no se trataba de una mala broma.

Si alguien se ha distinguido por generar y apoyar la violencia en Venezuela, recurriendo a la contratación de parias para que actúen como paramilitares es precisamente esta señora.

Posiblemente valoraron como su trabajo en favor de la paz el apoyo irrestricto que ha dado al genocidio en Gaza, o el hecho de haber utilizado a un senil opositor como títere para contender en el proceso electoral venezolano, para operar enseguida un burdo montaje que acusara un fraude electoral que solo existió en su insana mente y en las de sus mafiosos asociados.

Para nosotros, este teatro solo puede representar una cosa: la preparación del escenario para la intervención militar estadunidense en Venezuela.

Llamamos la atención, por tanto, de los pueblos del mundo, pero especialmente a los de Nuestra América, a mantener la mirada fija en la República Bolivariana de Venezuela, ante la creciente amenaza militar imperialista que ahora busca usar, groseramente, la desvirtuada figura de este premio como un absurdo bastión moral para justificar su invasión.

Reiteramos, una vez más, nuestro absoluto respaldo al pueblo bolivariano, a su proceso revolucionario y a su gobierno legítimo, encabezado por el presidente Nicolás Maduro Moros.

¡Fuera manos de Venezuela!

¡Venezuela se respeta!

¡Chávez vive, la lucha sigue!