Repudio al crimen de lesa humanidad del mal gobierno en Arantepacua

A nuestros hermanos Purépechas
Al Congreso Nacional Indígena
Al Ejército Zapatista de Liberación Nacional
A los medios libres
A los pueblos del mundo que resisten contra la guerra de exterminio

Nuevamente el mal gobierno se mancha de sangre. Nuevamente el ejército y la policía federal asesinan y privan ilegalmente de la libertad. Nuevamente el partido que se dice de izquierda pero dispara, desaparece y despoja con la derecha ataca a una comunidad indígena. Los pasados 4 y 5 de abril, Silvano Aureoles, gobernador perredista del estado de Michoacán, lanzó a sus bestias y las del mal gobierno federal para asesinar al pueblo. Promoviendo problemas intercomunitarios, ha mantenido el hostigamiento de bandas del crimen organizado de la comunidad de Capácuaro, que lucran con los recursos naturales en disputa, hacia la comunidad de Arantepacua, que junto a la de Nahuatzén y haciendo uso del legítimo derecho que les consagra nuestra Carta Magna y los tratados internacionales suscritos por nuestro país, declararon su autonomía hace algunos meses.

Tras muchas denuncias de la situación y la búsqueda de una solución pacífica a los problemas, los habitantes de Arantepacua fueron engañados por el C. Aureoles, quien los citó a una mesa de diálogo, pero cuando se dirigían a Morelia para ese efecto, les fue obstruido el paso con cientos de granaderos y un gran número de camiones. Posteriormente, mientras se celebraba el diálogo, el ejército y la policía federal atacaron salvajemente a la comunidad, allanando las casas y disparando indiscriminadamente contra niños, mujeres, hombres y adultos mayores, asesinando a tres personas e hiriendo a muchas más, de las cuales al menos una más ha fallecido hasta hoy. También detuvieron a 56 comuneros, haciendo pasar a los agresores (SEDENA y PFP) por víctimas que presuntamente se defendieron de la agresión recibida por los pobladores. Posteriormente liberaron a la mayoría.

A nuestros hermanos de Arantepacua les decimos que no están solos, que sus muertos también son nuestros y las heridas también nos alcanzan a nosotros. Tenemos muy claro que este nuevo crimen de lesa humanidad se inscribe en la búsqueda por la candidatura a la presidencia en el 2018, pues los criminales peones imperiales buscan el aplauso de quien manda realmente en las fuerzas armadas: el matón de Washington. En este caso Aureoles quiso mandar el mensaje de fiel siervo dispuesto a todo para halagar al amo, y qué mejor que castigando a quien osa dirigir sus propios pasos sin someterse a la canalla conducción de un traidor.

Como lo sentenciamos en nuestra proclama del 4 de junio de 2015, llamamos con urgencia a la organización popular autónoma y autogestiva con coordinación horizontal, tal cual nos lo enseñan nuestros hermanos mayores del CNI y de los Caracoles Zapatistas. Enviamos un mensaje a los pueblos del mundo para estar atentos ante esta campaña de hostigamiento contra las comunidades indígenas y campesinas, periodistas, estudiantes, mujeres, personas con otras sexualidades, maestros, obreros, pobres y cualquiera que resulte incómodo a los intereses coloniales administrados por el mal gobierno. Las fuerzas represivas deben retirarse inmediatamente del territorio purépecha y debe cesar la represión contra nuestros pueblos. Los presos políticos, todos, deben ser liberados inmediatamente y castigados los autores materiales e intelectuales de los crímenes de lesa humanidad, que día a día se suman a la vergonzosa lista.

¡Alto al terrorismo de estado!
¡Alto al despojo!
¡Presos políticos, libertad!
¡Muera el mal gobierno!
¡Hasta la victoria!
¡Patria y vida!

Por Mexicanos Unidos, Armando Soto

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