A los padres y madres de los 43
A los estudiantes normalistas de la FECSM
A todo aquél que siente en su corazón la ausencia de los 43

Hoy, en la víspera del cumplimiento de un mes más sin la presencia de nuestros 43 jóvenes secuestrados por el estado mexicano, mientras los padres y madres, acompañados de normalistas y personas solidarias con su lucha acudieron a la Secretaría de Gobernación para exigir una audiencia en la cual se les den informes verdaderos y no más historias inventadas que caen por su propio peso, el mal gobierno los recibió con el único lenguaje que conoce y que le permite mantenerse en su frágil situación, con más del 90% de rechazo popular: la represión.

En efecto, lejos de mostrar una mínima empatía, simulada siquiera, Osorio Chong ordenó que les fueran arrojadas bombas lacrimógenas a los padres. Afortunadamente, todos se encuentran bien, pero el mal gobierno ha demostrado de nuevo que el único diálogo que conoce es el de las armas.

Ante el fracaso por el intento de engañar al mundo con una versión absurda de la desaparición de los normalistas, y ante las contundentes pruebas de la participación del ejército y diversos cuerpos policiacos, incluidos federales, en el operativo de desaparición forzada, el mal gobierno apuesta a lo único que les queda para no tener que reconocer su carácter criminal: el olvido. Y si nos negamos a olvidar, entonces nos envían nuevos ataques para intimidarnos y forzar la desmemoria.

Ante la brutalidad de estos espurios y criminales gobernantes, queremos decirle a nuestros hermanos padres y madres de los 43, que su dolor es nuestro dolor, que las afrentas que reciben también a nosotros nos lastiman y que sus pasos marcan los nuestros.

El mal gobierno y su sistema podrido están derrotados. Saben que no pueden, ni podrán, con la dignidad de quienes ni se rinden, ni se venden, ni claudican, y que el ejemplo de ustedes es la linterna que alumbra el nacimiento del nuevo mundo que entre todos estamos construyendo. Es por ello que, cual bestia herida y moribunda, lanzan sus últimos ataques, en un inútil intento por salvarse. Nuestro corazón está con ustedes y los abraza en la búsqueda interminable de nuestros 43 estudiantes y los más de 30,000 desaparecidos por el terrorismo de estado; búsqueda que, sin embargo, no ha de parar con su aparición, sino que habrá de continuar hasta exterminar de raíz la mala hierba que ha cubierto de dolor y sangre nuestro territorio.

Con la total convicción que nos da su digno ejemplo, seguiremos adelante ¡hasta encontrarlos!

¡Vivos los llevaron, vivos los queremos!

¡Muera el mal gobierno!

¡Hasta la victoria!

¡Patria y vida!

Mexicanos Unidos