Alto a la ocupación sionista.
El 29 de Noviembre de 1947 se concretó una de las mayores infamias de la historia de la humanidad. En el seno de la todavía muy joven ONU, conformada entonces por unos 60 países, y tras meses de intensa presión del régimen yanqui sobre los gobiernos de los países más débiles de esa organización, se tomó una determinación nula de pleno derecho, lo mismo por contravenir el derecho internacional que por no ser, lógicamente, una atribución de la ONU, y más aún, contravenir sus principios fundacionales: la partición de un país que estaba siendo ocupado por una potencia colonial, la británica, en dos estados, uno de los cuales, el genuino, no ha sido todavía oficialmente reconocido como tal.
Así se despojó a los palestinos del 55% de sus tierras, las mejores, incluyendo los centros de actividad comercial e industrial, para entregarlos a Israel, un estado inventado, un estado ilegal. Tal decisión obedeció a un proyecto colonial del cual pretendían beneficiarse tanto los ingleses como los estadunidenses, y que terminó creando un engendro fascista violador de todas las leyes internacionales y los derechos humanos. Israel, inventado sobre la base de mitos fundacionales nació siendo una potencia militar y era y sigue siendo una amenaza para la paz de la región, y para el mundo entero.
Tras 70 años de la ilegal ocupación de Palestina, en estos días han intensificado la represión en contra del digno pueblo palestino, que resiste ejemplarmente y se niega a ser exterminado. Ahora atacan uno de los símbolos más sentidos de la identidad palestina, la mezquita de Al Aqsa en Al Quds (Jerusalem), capital de Palestina.
Ante esta nueva afrenta y el silencio cómplice de la comunidad internacional, cualquier cosa que eso signifique, y especialmente de los países árabes en particular y preponderantemente musulmanes en general (Al Aqsa es el tercer lugar en importancia en el mundo del Islam), y al quedar al descubierto la colaboración del ilegítimo régimen palestino en la persona del traidor Mahmoud Abbas, se hace urgente como nunca la respuesta de los pueblos del mundo para condenar al régimen nazi sionista ilegalmente asentado en Palestina, exigir el fin de la ocupación con todos los males que representa (Apartheid, limpieza étnica, desplazamiento forzado, despojo,…) y abrazar la justa y digna causa palestina.
Palestina existe en cada rincón del planeta donde quepa la dignidad y el amor a la vida. Palestina existe en el corazón de cada mujer y cada hombre que sueña con un mundo mejor, justo y libre.
Para nosotros, mujeres y hombres agrupados en la asociación cívica Mexicanos Unidos, Palestina está siempre presente y es nuestro ejemplo de lucha y resistencia ante un sistema necrófilo que tiene al mundo al borde de un cataclismo irreversible.
¡Fuera sionistas de Al Aqsa!
¡Fin de la ocupación ya!
¡Abajo el sionismo!
¡Viva Palestina libre y entera!