Este día se cumplen 42 años de la masacre de Sabra y Chatila, cometida por las falanges libanesas bajo el auspicio y coordinación de los genocidas sionistas, dirigidos por el genocida Ariel Sharon.
Con el asesinato de más de 2,000 palestinos en tres días, Sabra y Chatila se enmarcó en la historia como una de las perores masacres cometidas en la historia reciente. Sin embargo, a la luz de los acontecimientos actuales, Sabra y Chatila parecen un día de campo.
En efecto, tras meses y meses de provocaciones, asesinatos selectivos, destrucción de casas e infraestructura, violaciones al recinto sagrado de Al Aqsa, toma de rehenes que incluye a cientos de menores de edad y de mujeres, torturas y humillaciones sin fin, y después de haber intentado desde marchas pacíficas, infaltablemente reprimidas, trámites en organismos internacionales, generalmente ignorados, hasta huelgas, sin obtener ningún resultado, la resistencia palestina dio una respuesta medianamente armada a 76 años de genocidio.
Así fue que el 7 de octubre de 2023 dio inicio la operación Diluvio de Al Aqsa, de la cual tenía conocimiento la dirigencia sionista, por la colaboración del gobierno egipcio con esa entidad ocupante, pero aún así decidieron dejarla pasar, con el claro objetivo de victimizarse e iniciar una campaña de saña y brutalidad pocas veces vistas en la historia de la humanidad.
Al momento de escribir esto, se cuentan alrededor de 42,000 palestinos asesinados, de los cuales más del 70% son mujeres y niños, en tanto que cerca de 100,000 han sido heridos, muchos de ellos con mutilaciones. Pero incluso hay estimaciones que hablan de más de 180,000 palestinos asesinados, mayoritariamente niños y mujeres.
Tenemos muy claro que el cerco a Gaza, que casi tiene dos décadas, se debe a la intención de robar los recursos energéticos y que, en virtud del agotamiento de la vía comercial del canal de Suez, el sionismo se planteó construir un nuevo canal que le sustituya y que cruzaría justamente por la franja de Gaza, siendo estos los principales motivos para esta nueva etapa del proceso de exterminio de la población palestina, o de su expulsión.
También conocemos la programación de este genocidio a través del Plan Dalet de marzo de 1948, según lo ha denunciado el historiador israelí Ilan Pappé en su libro «La limpieza étnica de Palestina», Este plan contempla la comisión de masacres buscando aterrorizar a la población palestina, buscando que huyan de la violencia, o su exterminio si no se van. Estas intenciones no han hecho sino ratificarse a través de las declaraciones, incluso en televisión, de múltiples actores políticos israelíes, quienes han llegado a sugerir la utilización de bombas nucleares contra la población de Gaza.
En seguimiento a ese macabro programa de colonización, durante estos ya casi 12 meses, la entidad sionista ha incrementado a niveles que creíamos imposibles el nivel de barbarie de sus ataques, ordenando el desplazamiento de pobladores a zonas declaradas seguras, para, una vez ahí, lanzarles las bombas provistas por los Estados Unidos y los países «civilizados» de Europa.
Los pueblos del mundo nos hemos volcado a las calles en apoyo al pueblo palestino y en rechazo al genocidio. PEro los gobiernos del mundo, con honrosas excepciones, se han convertido en cómplices del delito de genocidio y el crimen de Apartheid, al no imponer sanciones a la entidad ocupante, mantener y hasta incrementar intercambios comerciales y de todo tipo con los sionistas y hasta equiparando las fuerzas de la potencia militar ocupante y agresora con las escasas posibilidades de autodefensa de la población palestina sometida, llamando hipócritamente al diálogo y la «resolución pacífica de las controversias».
Para colmo, ante las pocas resoluciones que se logran emitir por los diversos organismos internacionales, la entidad sionista hace caso omiso, desprecia, se burla y hasta amenaza.
Ante esta realidad, y retomando lo previsto en la Carta de las Naciones Unidas que sentencia:
Artículo 5
Todo Miembro de las Naciones Unidas que haya sido objeto de acción preventiva o coercitiva por parte del Consejo de Seguridad podrá ser suspendido por la Asamblea General, a recomendación del Consejo de Seguridad, del ejercicio de los derechos y privilegios inherentes a su calidad de Miembro. El ejercicio de tales derechos y privilegios podrá ser restituido por el Consejo de Seguridad.
Artículo 6
Todo Miembro de las Naciones Unidas que haya violado repetidamente los Principios contenidos en esta Carta podrá ser expulsado de la Organización por la Asamblea General a recomendación del Consejo de Seguridad
consideramos que resulta ocioso seguir invocando instrumentos del derecho internacional que no tendrán ningún efecto práctico y que ha llegado el momento de que ese estado inventado por la propia ONU, de manera ilegal, en 1947, sea expulsada de su seno.
Así mismo, llamamos a la derogación de la ilegal e injusta resolución 181 de la Asamblea General de la ONU del 29 de noviembre de 1947.
Exigimos la expulsión de Israel de la FIFA, el COI y demás órganos multinacionales de cualquier tipo y exigimos a los estados del mundo a romper relaciones de todo con ese estado paria, tal como se hizo contra la Sudáfrica del Apartheid.
Esto es una medida mínima que responde a las obligaciones contraídas de esos estados al suscribir la Carta de las Naciones Unidas y los diversos instrumentos del Derecho Internacional, como el Convenio para la Prevención y el Castigo del Delito de Genocidio, de 1947 y la Convención Internacional sobre la Represión y el Castigo del Crimen de Apartheid.
También llamamos a sancionar a todo aquel estado que, estando obligado a actuar en virtud de tales instrumentos, no lo haga. Especialmente llamamos a sancionar a los estados que, ante la brutalidad a la vista de todos, incrementen los intercambios con el estado sionista.
¡Viva Palestina libre y entera!
¡Todos unidos por el fin del sionismo!
¡Todxs unidxs por el fin del sionismo en todo el mundo!
Urge tejer fuerzas l. Todxs unidxs por el fin del sionismo en todo el mundo