Al Concejo Indígena de Gobierno
A la compañera Marichuy
Al Congreso Nacional Indígena
A los compañeros de la FECSM
Al Ejército Zapatista de Liberación Nacional
A la Sexta Nacional e Internacional
A los pueblos de México y el mundo
Hoy, 21 de junio de 2017, los criminales que se creen gobernantes vuelven a mancharse las manos de sangre digna, de sangre joven, de sangre humilde, de sangre de estudiantes. Nuevamente víctimas normalistas. Nuevamente victimarios perredistas.
Es ya muy larga la lista de agravios al pueblo de ese cadáver de lo que algún día se vendió como partido político. Ángel Aguirre en Guerrero; Lázaro Cárdenas Batel en Michoacán; Marcelo Ebrard y Miguel Ángel Mancera en el DF; el nefasto Graco Ramírez en Morelos; no haremos un recuento, pues la lista es muy extensa, pero prácticamente no hay quien se escape, aunque se haya cambiado de camiseta y sin importar si son amorosos o no. No podemos olvidar los ataques paramilitares por grupos afines a esos supuestos izquierdistas contra nuestros compañeros bases de apoyo zapatistas en diversas oportunidades y el asesinato del maestro Galeano.
En este caso, el patético Silva Ano Aureoles ordenó la represión contra los estudiantes. Desde la semana pasada, cuando aquellos fueron atacados en Aguascalientes al regresar de una jornada de apoyo a sus compañeras normalistas, dejó ver su obsesión por atacarlos. Sabemos bien que los legisladores de ese organismo suelen referirse a las Escuelas Normales como “nidos de guerrilleros”, en un afán de convencerse a sí mismos que su intención de desaparecer estas escuelas y dejar sin futuro a los hijos de los más pobres es un objetivo válido y digno. El propio Aureoles ha mostrado su desprecio por estos jóvenes, tal vez por recordarle su pasado, antes de dedicarse a vividor del erario.
Alzamos la voz enérgicamente contra Aureoles y exigimos su renuncia inmediata y un juicio popular en su contra. Esperamos que las pocas personas de buena fé que continúan hundiéndose con el PRD, muestren al menos la decencia de condenar pública y enérgicamente estos actos y deslindarse de lo que parece ser la política oficial de ese partido putrefacto. Deben hacerlo así por respeto a su propio pasado de lucha, o de lo contrario sabremos que han claudicado y se han rendido al juego de los empleos con cargo al pueblo.
Llamamos a las organizaciones sociales, y a los individuos honestos a manifestar su rechazo a este nuevo ataque contra los normalistas. Estaremos atentos a las actividades que se organicen como respuesta a este acto terrorista. El resultado no puede ser otro que la salida de Silva Ano Aureoles y su juicio popular.
¡Alto a la represión!
¡Alto al terrorismo de estado!
¡Muerte al mal gobierno!
Por Mexicanos Unidos
Armando Soto Baeza