Al pueblo salvadoreño
Al pueblo mexicano
A los pueblos del mundo
El pueblo de México es conocido por su tradición de defensa de los derechos humanos de todos los habitantes de Nuestra América. Siempre ha repudiado a las dictaduras y a los regímenes corruptos y represores. No nos es indiferente el dolor de nuestros hermanos y hermanas latinoamericanos, y en este caso, de El Salvador.
Esperamos, exigimos, que nuestro Gobierno, sea coherente y consecuente con esa tradición, y qué marque distancia con un régimen dictatorial e ilegítimo, violador de los derechos humanos como el que este día consuma su proyecto de perpetuarse ilegítimamente en el poder.
No admitimos que, por una diplomacia basada en superficiales cálculos de conveniencia, el Gobierno de México acompañe a esta dictadura que hoy se instala ya sin ninguna máscara.
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos obliga al Presidente de la República a conducir la política exterior bajo el principio del respeto, la protección y promoción de los derechos humanos y la lucha por la paz. Nuestro Gobierno no puede permanecer por más tiempo callado e indiferente a la tragedia que hoy vuelve a vivir el pueblo salvadoreño. Mucho menos pueden validar a un régimen inconstitucional, un régimen de facto, similar el que existe en Perú, y antes existió en Bolivia.
Una dictadura en El Salvador nos afecta a todos. Hoy en día somos testigos del enorme incremento de la migración salvadoreña a México, buscando refugio en nuestro suelo y principalmente de paso hacia EEUU. Miles de hermanos y hermanas salvadoreñas salen huyendo cada día de la represión y de la falta de oportunidades, que un aprendiz de dictador les está imponiendo.
Desde esta sede diplomática que representa a los hijos de la tierra de Farabundo Martí y Monseñor Óscar Arnulfo Romero expresamos nuestro absoluto repudio a la farsa con la que el espurio Bukele se instaura como dictadorzuelo.
Enviamos un saludo y un abrazo fraternos a nuestros hermanos salvadoreños que hoy viven bajo la opresión y el terrorismo de estado, bajo la fachada de un supuesto combate al crimen, que apuesta por la privación de la libertad, lo mismo de criminales que de opositores y hasta de quienes tienen el infortunio de estar en el lugar y momento que conviene a las fuerzas represoras para justificar su existencia.
Rechazamos, igualmente, los coqueteos de la clase política de nuestro país con ese modelo autoritario que, lejos de reintegrar socialmente a los delincuentes, destruye el tejido social y convierte a la clase trabajadora en virtuales esclavos del capital, dentro y fuera de sus mazmorras.
¡Alto a la imposición de la dictadura en El Salvador!
¡Presos políticos, libertad!
¡Hasta la victoria, siempre!
Ciudad de México, 1 de junio de 2024|